Hace hoy como año y medio que nos venimos reuniendo. La medición del tiempo y del espacio no es un punto fuerte de los quilomberos y quilomberas. Somos más emocionales, menos matemáticas.
Todo comenzó un día, entre caña y caña. Nuestros momentos de estudiante acababan, pero no queríamos que la cosa quedara ahí. No éramos todos los que estamos, no somos todos los que éramos. Pero el espíritu permanece.
Porqué Quilombo, se preguntarán. La elección del nombre no es que fuera demasiado romántica. No pegamos una patada a un bote y nos salió. No nos llamábamos quilomberos y quilomberas con anterioridad. Fue una decisión racional, después de una lectura de varios fragmentos. Pero nos apropiamos de la idea, metafóricamente hablando. Nos identificamos de tal manera, que ninguno de nosotros concebiría llamarse de otro modo en estos momentos.
Fue Galeano el que nos dio la pista para crear nuestro propio Quilombo, cuando nos enseñó que; “Desde los tiempos de la conquista y de la esclavitud, a los indios y a los negros les han robado los brazos y las tierras, la fuerza de trabajo y la riqueza; y también la palabra y la memoria. En el río de la Plata, quilombo significa burdel, caos, desorden, relajo, pero esta voz africana, de la lengua bantú, quiere decir en realidad, campo de iniciación. En Brasil, quilombos fueron los espacios de libertad que fundaron, tierra adentro, los esclavos fugitivos”.
Nuestro Quilombo se basa en el convencimiento de que podemos conseguir el mundo que queremos. La clave está en creerlo, porque CREER es CREAR. Para ello le ponemos cara y nombre a lo intolerable. Ese es el primer paso para la acción, para la transformación.
Pero seamos realistas, esto no puede quedar sólo en una tertulia de café, en nuestra tertulia de café. Esta es una tarea y una responsabilidad de todas y todos. Por eso la unión, la reflexión en conjunto, el intercambio de ideas, la interacción, el compartir la divergencia, el debate, la denuncia...
No queremos ser los espectadores de nuestra propia vida. Sí participar en ella, ser nuestros propios directores y actores. Por eso, la imaginamos, la dibujamos y la reclamamos. Porque aunque pensemos que somos tan libres, somos autómatas de este sistema criminal. Sistema que se carga las especies, la diversidad, las emociones, el amor, la paz, la convivencia, la equidad, la tranquilidad, el agua, el aire y la Tierra.
Hi ha Quilombos arreu. Existeixen, son diversos. Neixen, moren i es reconverteixen gràcies a la il·lusió i lluita de totes i tots. Des de l’activisme als barris, la vessant social, l’educació, l’expressió artística... Doncs, Quin és el teu Quilombo?